Para una sesión clásica completa de Reiki, el receptor se acuesta en una camilla de masaje. Es recomendable llevar ropa holgada y cómoda durante el tratamiento y quitarse los objetos metálicos: reloj, pulsera, joyas, gafas, cinturón y zapatos... El contacto entre el terapeuta y el receptor es ligero a nivel físico.
En general, el receptor siente calor, frío y/u hormigueo en la zona tratada, aunque el terpeuta no la toque. Los efectos más inmediatos son un estado de profunda relajación y una sensación general de bienestar.
Se recomiendan al menos 4 tratamientos para equilibrar el estado general del cuerpo que está obstruido por las contaminaciones de nuestra forma de vida actual.
Desde la primera sesión los resultados pueden ser espectaculares. Pero el número total de sesiones es difícil de definir al comienzo del tratamiento. Cada persona puede decidir en cualquier momento si seguir o no las sesiones.
Una sesión es mejor que ninguna